Resumen:  Los seres nocturnos no están hechos para la luz del día. El búho Uho, que era muy sabio, ya había prevenido, acerca de ello, al fantasmita, pero éste no quiso hacerle caso. El fantasmita vivía feliz, pero ya estaba cansado de vagar solo, de noche, por el castillo de Piedramochuelo, entre viejos retratos y armaduras, y de jugar con los murciélagos que revoloteaban alrededor de las altas torres. Era mucha su curiosidad y, además, ¿quién iba a hace caso a un viejo buho? Por eso decidió ser un fantasma de día. ¿Qué pasó entonces? Primero, que al exponerse a la luz del sol, el pequeño fantasma se volvió negro como el carbón y, por si fuera poco, su presencia diurna en la ciudad de Montechuelo trastornaba la plácida vida de sus habitantes. Se intercalan simpáticos dibujos en armonía con las divertidísimas y emocionantes aventuras. Un clásico de los años 70 que encantará a chicos y chicas....  Leer