Resumen:  "Fui la primera en verle. Una sombra encogida de frío surgiendo de la oscuridad. -¡Qué susto me has dado! -le solté-. ¿De dónde sales? Señaló el lavabo. Debía de tener la edad de mis alumnos. Era alto, moreno, delgado. Tenía una pequeña cicatriz en el labio superior. Llevaba una camisa de cuadros rojos y azules y unos vaqueros pasados de moda. Era como si se hubiera vestido en el armario de su padre. El corazón me iba a mil. Era rarísimo que hubiera alguien en ese sitio y a esas horas. La gasolinera estaba desierta, a oscuras, en mitad de ninguna parte. Era de las que cierran de noche. «Horario: de 7 a 23», decía un rótulo que bailaba al compás de las rachas de viento. Pasaban de las dos de la madrugada y nos quedaba aún más de una hora para llegar a Madrid. Íbamos con retraso, y aquella parada nos iba a retrasar todavía más. De pronto el chófer nos dijo que estaba cansado y que necesitaba parar. Por supuesto, ni Ángeles ni yo le discutimos nada. Los estudiantes dormían. Mi compañera y yo bajamos a estirar las piernas y a inspeccionar una vieja máquina de café que parecía más muerta que nosotras" Así comienza esta inquietante historia desde su inicio en una gasolinera desierta por la noche. Una novela que mantiene la intriga hasta el final, en una sucesión de capítulos que, como en un mosaico, acaban por dibujar una realidad muy distinta a la esperada e imaginada....  Leer